RESUMEN TEMA 4

 TEMA 4: CIRCULACIÓN DE MATERIA Y ENERGÍA EN LOS ECOSISTEMAS

1.     INTRODUCCIÓN

La biosfera es el conjunto formado por todos los seres vivos que habitan en la Tierra.

Un ecosistema es un sistema natural integrado por componentes vivos y no vivos que interactúan entre sí.

Un ecosistema es cualquier área de la naturaleza en la que existan unos componentes bióticos que se relacionan entre sí; y otros componentes abióticos que interaccionan con los componentes bióticos, condicionando o limitando la existencia de los mismos. La parte biótica de un ecosistema se llama comunidad o biocenosis, que es el conjunto de seres vivos que habitan en un ecosistema concreto y que se relacionan entre todos ellos.

La exosfera es el conjunto formado por todos los ecosistemas que constituyen la Tierra o, lo que es lo mismo, la exosfera es el gran ecosistema planetario.

Los biomas son los diferentes ecosistemas que hay en la Tierra.

 

2.     RELACIONES TRÓFICAS

Representan el mecanismo de transferencia energética de unos organismos a otros en forma de alimento. Se suelen representar mediante las cadenas tróficas, que unen mediante flechas los diferentes eslabones o niveles tróficos que las constituyen.

 

2.1.                     PRODUCTORES

Constituyen el primer nivel trófico y son los organismos autótrofos. Entre ellos destacamos los fotosintéticos, seres vivos capaces de captar y transformar la energía lumínica en energía química, mediante el proceso de fotosíntesis.

Los organismos autótrofos se dividen en:

  • Fotosintéticos: Dentro de este grupo se incluyen algunos representantes del reino moneras y las plantas superiores.
  • Quimiosintéticos: Este grupo lo constituyen un conjunto de bacterias autótrofas que actúan de forma independiente de la luz solar. La energía necesaria para la síntesis de materia orgánica la obtienen a partir de la oxidación de ciertas moléculas inorgánicas. Por ejemplo las bacterias oxidadotas del azufre.

Los principales organismos fotosintéticos son las plantas superiores, en los ecosistemas terrestres, y el fitoplactón, constituido por un conjunto de algas microscópicas y cianobacterias, que viven flotando a la deriva en las zonas iluminadas marinas.

Parte de la materia orgánica sintetizada por los propios organismos fotosintéticos para el proceso de la respiración.

El resto de la materia orgánica producida se almacena como tal, constituyendo los tejidos vegetales, pudiendo ser transferida en forma de alimento al resto de los niveles tróficos, constituidos por los consumidores.

 

2.2.                      CONSUMIDORES

Son una serie de organismos heterótrofos que utilizan la materia orgánica para llevar a cabo sus funciones vitales mediante mecanismos respiratorios.

Dentro de los consumidores se pueden distinguir:

  • Herbívoros: Se alimentan de los productores y constituyen el segundo nivel.
  • Carnívoros: Se alimentan de los herbívoros y constituyen el tercer nivel.
  • Carnívoros finales: Se alimentan de los carnívoros y constituyen el cuarto nivel.

Hasta aquí hemos hablado de cadenas tróficas, pero lo mejor es hablar de redes tróficas, pues de cada nivel suelen partir ramificaciones; como los omnívoros, que se alimentan de más de un nivel trófico, lo que constituye un carácter adaptativo que garantiza su supervivencia. Otro ejemplo son los carroñeros o necrófagos, que se alimentan de cadáveres. Y por último los saprófitos o detritívoros, que consumen todo tipo de detritos, de composición progresivamente más simple.

 

2.3.                      DESCOMPONEDORES

Es un tipo especial de organismos detritívoros que se encargan de transformar la materia orgánica en sales minerales que la constituían, con lo que cierran el ciclo de la materia.

 

3.     CICLO DE LA MATERIA Y FLUJO DE LA ENERGÍA

3.1.                      RECICLADO DE LA MATERIA

La materia orgánica es biodegradable, lo que significa que puede ser degradada y transformada en materia inorgánica por la acción de unos organismos concretos que cumplen esta importantísima misión, por lo que reciben el nombre de descomponedores. Gracias a ellos, la materia orgánica que cae al suelo procedente de cada uno de los niveles tróficos se transforma en sales minerales, que pueden volver a ser utilizadas por los productores en la fotosíntesis.

Los descomponedores  realizan la transformación de la materia orgánica en inorgánica por vía aerobia y por vía anaerobia.

El ciclo de la materia tiende a ser cerrado, ya que con cierta frecuencia los nutrientes escapan de la biosfera por gasificación o por lixiviado. Además, algunos restos orgánicos escapan al reciclado llevado a cabo por los descomponedores y quedan enterrados en condiciones anaerobias durante millones de años, transformándose en combustibles fósiles, que se almacenan en la litosfera.

 

3.2.                      FLUJO DE LA ENERGÍA

El flujo de la energía es abierto.

La energía que pasa de unos a otros niveles no constituye un ciclo cerrado, sino que se trata de un flujo abierto de unos niveles a otros y su sentido de transferencia es unidireccional.

La regla del 10% dice que, como regla general, “la energía que pasa de un eslabón a otro es aproximadamente el 10% de la acumulada en él”

Sin embargo, toda cadena trófica ha de cumplir la primera ley de la termodinámica, por lo que la energía no se pierde en ningún punto; lo que sucede es que su flujo va disminuyendo al degradarse parte de ella en la respiración y al desprenderse como calor, tras ser utilizada por cada uno de los niveles para el mantenimiento de las funciones vitales.

 

3.3.                      PARÁMETROS TRÓFICOS

Se denominan parámetros tróficos a las medidas utilizadas para evaluar tanto la rentabilidad de cada nivel trófico como la del ecosistema completo.

 

3.3.1.   BIOMASA (B)

Es la cantidad de peso de materia orgánica viva o muerta de cualquier nivel trófico o de cualquier ecosistema.

La biomasa se mide en kg, g, mg, etc., aunque es frecuente expresarlos en unidades de energía: un g de materia orgánica equivale a 4 ó 5 Kcal.

Normalmente, al calcularla hacemos referencia a su cantidad por unidad de área o volumen, por lo que es frecuente expresarla de este modo: g C/cm2, kg C/m2, Tm C/ha, etc.

En la biomasa se almacenan grandes cantidades de energía química de alta calidad en los enlaces químicos que unen los compuestos orgánicos de los que está constituida. En forma de biomasa es como se transfiere la energía de unos niveles a otros a través de una cadena trófica.

 

3.3.2.   PRODUCCIÓN (P)

Representa la cantidad de energía que fluye por cada nivel trófico. Se suele expresar en g C/m2·día, Kcal/ha·año, julios o vatios, etc., y se puede cuantificar de las siguientes formas:

  • Producción primaria: Energía fijada por los organismos autótrofos.
  •  Producción secundaria: La correspondiente al resto de los niveles tróficos.

En ambos hay que diferenciar:

  • Producción bruta (Pb): cantidad de energía fijada en cada nivel trófico por unidad de tiempo.
  • Producción neta (Pn): es la energía almacenada en cada nivel trófico por unidad de tiempo. Esta energía se obtiene de restar la producción bruta y la energía consumida en la respiración (R).

Con los parámetros tróficos estudiados, podemos describir con más claridad cómo tiene lugar el flujo de energía a lo largo de la cadena trófica:

  • Primer nivel: Sólo un pequeño porcentaje de la energía solar incidente es aprovechada en el proceso de fotosíntesis y transformada en materia orgánica. El total de materia orgánica elaborada por unidad de tiempo corresponde a la producción primaria bruta, de la que hay que restar el gasto respiratorio que se libera hacia el ambiente en forma de calor.
  • Resto de los niveles: No toda la energía de alta calidad acumulada por los productores en forma de biomasa se transfiere a los herbívoros, tan solo lo hace un 10% aproximadamente. Se debe a que no todos los organismos de los primeros niveles o no en su totalidad son ingeridos por los siguientes, sino que siempre hay pérdidas energéticas en forma de calor. No todo lo comido es digerido, sino que una parte no ingresa en el organismo y es desechado y expulsado por las heces, cuyo destino es transformarse en materia inorgánica y calor. El total digerido y fijado al ser vivo corresponde a la producción secundaria bruta de la que hay que restar el gasto respiratorio, dando la producción secundaria neta, que es la que se incorpora a la biomasa de los herbívoros, provocando su incremento.

 

3.3.3.   PRODUCTIVIDAD

Es la relación existente entre la producción neta y la biomasa, es decir, entre los intereses y el capital: Pn/B. Sirve para valorar la riqueza de un ecosistema o nivel trófico, ya que representa la velocidad con que se renueva la biomasa, la tasa de renovación.

 

3.3.4.   TIEMPO DE RENOVACIÓN

Es el periodo que tarda en renovarse un nivel trófico o un sistema. Es la relación inversa a la productividad, B/Pn y se mide en unidades de tiempo.

 

3.3.5.   EFICIENCIA

Representa el rendimiento de un nivel trófico o de un sistema y se calcula mediante el cociente salidas/ entradas. Lo podemos calcular desde varios puntos de vista:

  • La eficiencia de los productores se calcula mediante la relación energía asimilada/ energía incidente, que alcanza valores inferiores al 2%.
  • Si calculamos el cociente Pn/Pb, estaremos midiendo la cantidad de energía incorporada a cada nivel respecto al total asimilado, en cuyo caso estaremos constando las pérdidas respiratorias.
  • La rentabilidad de los consumidores se suele valorar en función de la relación Pn/ alimento total digerido o, engorde/ alimento digerido.

Eficiencia ecológica es la fracción de la producción neta de un determinado nivel trófico que se convierte en producción neta del nivel siguiente:

(Pn/Pn del nivel anterior)·100

En el caso del ser humano, desde el punto de vista del aprovechamiento energético, es más eficiente una alimentación fundamentalmente herbívora. Sin embargo, según la FAO, para una alimentación completa es necesario añadir a la dieta unos 60 g de proteínas al día.

 

3.4.                      EL PROBLEMA AMBIENTAL DE LA BIOACUMULACIÓN

Se denomina bioacumulación el proceso de acumulación de sustancias tóxicas: metales pesados o de compuestos orgánicos sintéticos, en organismos vivos, en concentraciones cada vez mayores y superiores a las registradas en el medio ambiente. Ocurre cuando las sustancias ingeridas no pueden ser descompuestas ni excretadas. Se mide mediante el factor de bioconcentración, que es la relación existente entre las concentraciones del organismo y el agua o el aire circundante.

Fue acuñado hacia los años 50- 60 del siglo XX para denominar el proceso de acumulación del plaguicida DDT empleado en la agricultura, que originó la muerte de numerosas especies de aves.

 

4.     LAS PIRÁMIDES ECOLÓGICAS

Pueden existir tres tipos de pirámides:

  • Pirámides de energía: Representan el contenido energético de cada nivel. Tienen forma de una verdadera pirámide, ya que siguen la regla del 10%.
  • Pirámides de biomasa: Elaboradas en función de la biomasa acumulada en cada nivel trófico. Pueden representar la forma de una pirámide real, ya que la biomasa va decreciendo en progresiones del 10%.
  • Pirámides de números: Se realizan mediante el recuento del número total de individuos que constituyen cada nivel.

 

5.     FACTORES LIMITANTES DE LA PRODUCCIÓN PRIMARIA

La ley de mínimo dice lo siguiente: el crecimiento de una especie vegetal se ve limitado por un único elemento que se encuentra en cantidad inferior a la mínima necesaria y actúa como factor limitante.

Lo que quiere decir que, si todos los factores y elementos están en cantidades necesarias, excepto uno de ellos, este último que escasea se denomina factor limitante.

Se llaman energías externas, de apoyo o auxiliares, a aquellas energías de procedencia solar que son necesarias para la producción primaria:

  • Mueven el ciclo del agua.
  • Originan los vientos y los desplazamientos del agua.
  • Condicionan las variaciones de temperatura y las lluvias.
  • Mueven los nutrientes de unos a otros ecosistemas
  • Etc.

Se llaman también energías de apoyo o auxiliares a las aportadas por los seres humanos en las explotaciones agrarias para luchar contra los factores limitantes e incrementar sus cosechas o su producción ganadera:

  • Uso de la maquinaria para labrar la tierra.
  • Sistemas de riego contra la falta de humedad.
  • Instalación de invernaderos contra las bajas temperaturas.
  • Uso de plaguicidas, abonos químicos, semillas seleccionadas, etc.

Todas ellas implican, directa o indirectamente, el empleo de combustibles fósiles.

 

5.1.                      LA TEMPERATURA Y LA HUMEDAD

Estos dos factores limitan la producción primaria en las áreas continentales y la eficiencia fotosintética aumenta al hacerlo ambos parámetros. Pero, si la temperatura aumenta mucho, la producción primaria decrece bruscamente debido a la desnaturalización de las enzimas fotosintéticas, siendo la más abundante la RuBisCO.

Durante el proceso de fotosíntesis, las reacciones pueden seguir dos rutas metabólicas distintas, según la doble actuación de la enzima RuBisCO, que depende de la concentración de CO2 y de O2 existentes en el ambiente que encuentra esta.

  • Si la concentración de ambos gases es la normal en la atmósfera, la enzima actúa facilitando la incorporación de CO2 en el proceso de fotosíntesis, con lo que se produce materia orgánica y se desprende oxígeno.
  • Si la concentración de O2 es superior al 21% y/o la de CO2 desciende por debajo del 0,03%, la enzima actúa ralentizando la fotosíntesis porque se induce otro proceso parecido a la respiración, denominado fotorrespiración, que ocurre a la vez que la fotosíntesis y en presencia de luz. No se produce glucosa, sino que se consume O2 y se desprende CO2.

Según tengan lugar uno o ambos procesos, las plantas se subdividen en dos grandes grupos: plantas C3 y plantas C4, llamadas así según el número de átomos de carbono que contenga el primer compuesto sintetizado durante el proceso fotosintético.

  • Las plantas C3: aún en los ambientes más favorables, pierden una gran cantidad de agua a través de los estomas, lo que supone un problema cuando se encuentran en un clima húmedo. Sin embargo, en condiciones de sequía, cierran los estomas, por lo que, al realizar la fotosíntesis, se provoca un descenso en la concentración de CO2 en su interior y un aumento de la de O2. En dichas condiciones, da comienzo el proceso de fotorrespiración, por lo que se reduce su eficiencia fotosintética.
  • Las plantas C4: aunque la concentración de CO2 sea muy reducida, cuentan con un mecanismo de bombeo por el que son capaces de incorporarlo en grandes cantidades de la atmósfera, acumulándolo en el interior de las hojas, y evitando así el proceso de fotorrespiración. Tienen ventaja en climas cálidos y secos, su producción de materia orgánica es muy superior, y desde un punto de vista  agrario, su interés es mucho mayor.

La máxima productividad de las C3 es de 10- 30 Tm/ ha· año, mientras que las C4 asciende a 60- 80 Tm/ ha· año.

Las plantas C4 que viven en los desiertos presentan una serie de adaptaciones morfológicas para evitar las pérdidas de agua: el mecanismo CAM (mecanismo ácido de las crasuláceas), que consiste en fijar el CO2 durante la noche y cerrar los estomas por el día, momento el que realizan la fotosíntesis a partir del CO2 almacenado durante la noche.

Si la temperatura es muy baja durante una época del año, los mecanismos adaptativos consistirán en un predominio de plantas herbáceas anuales, un desarrollo de estructuras y la aparición de un fotoperiodo o época de máximo desarrollo de hojas y flores.

 

5.2.                      FALTA DE NUTRIENTES

La presencia de los nutrientes necesarios para la biosíntesis de ciertas moléculas orgánicas es un condicionamiento importantísimo para la eficiencia fotosintética.

El CO2 no constituye un factor limitante ni en la tierra ni en el mar. Se observa que un incremento en este gas produce una mayor eficiencia fotosintética, por lo que se apuntó que una forma de rebajar el efecto invernadero podía consistir en plantar vegetación para que actúe como sumidero de CO2.

Posteriormente, se llegó a la conclusión de que pronto se alcanza la saturación si faltan otros nutrientes:

  • El fósforo es el principal limitante de la producción primaria.
  • El nitrógeno ocupa el segundo lugar en importancia, observándose que cuando falta este compuesto, y no el anterior, aparecen microorganismos fijadores del nitrógeno atmosférico.
  • La necesidad de energías externas: Los productores realizan la fotosíntesis y los descomponedores degradan la materia orgánica en nutrientes utilizables de nuevo por los productores. Sin embargo, este reciclado se puede ver dificultado por la distancia existente entre los productores y los descomponedores, por lo que se necesitan energías externas para conseguirlo.

En ciertas zonas de afloramiento, el agua profunda asciende desde el fondo hacia la superficie, arrastrando con ella los nutrientes que fertilizan el fitoplácton. La energía auxiliar que lo hace posible es aportada por el viento, que arrastra el agua de la superficie del mar y crea un vacío superficial que favorece el ascenso.

Las plataformas costeras son zonas de profundidad elevada porque el oleaje agita los fondos y disponen de los nutrientes que han sido arrastrados por los ríos hasta ellas.

En los ecosistemas terrestres se requieren un menor gasto de energías externas para el reciclaje de nutrientes, ya que las distancias entre los lugares de producción y de descomposición son mucho menores que en los océanos.

 

5.3.                      LA LUZ Y LA DISPOSICIÓN DE LAS UNIDADES FOTOSINTÉTICAS

Salvo en las profundidades oceánicas, no es muy común en los continentes que la falta de luz limite la producción primaria.

La luz incide sobre los fotosistemas presentes en los cloroplastos y dichos sistemas de captación se hacen sombra los unos a los otros. Hemos de considerar, por otro lado, que cada uno de ellos está constituido por varios centenares de unidades de captación, constituidas a su vez por moléculas de clorofila y otros pigmentos fotosintéticos y por un solo centro de reacción para todas ellas, constituido por una clorofila especial, en el que la energía lumínica comienza su transformación en energía.

Al aumentar la intensidad lumínica, se produce un incremento de la producción primaria. Pero cuando dicha intensidad alcanza un nivel determinado, se produce la saturación, debido a que el centro de reacción actúa a modo de cuello de botella, de forma que responde con mayor eficiencia a pequeñas intensidades de luz, como la correspondiente al amanecer o al atardecer. Sin embargo, en las horas centrales del día la intensidad de la luz provoca dicha saturación, cuyo resultado es una eficiencia fotosintética muy baja.

 

6.     CICLOS BIOGEOQUÍMICOS

Comprenden una serie de caminos realizados por la materia, que escapa de la biosfera a través de otros sistemas antes de retornar a ella. El tiempo de permanencia de los elementos en los distintos medios es muy variable, denominándose almacén o reserva aquel lugar donde dicha permanencia es máxima.

Los ciclos biogeoquímicos tienden a ser cerrados. Sin embargo, las actividades humanas ocasionan la apertura y la aceleración de los mismos.

 

6.1.                      CICLO DEL CARBONO

Este ciclo se encuentra divido en dos fases:

  1. Ciclo biológico, en el que la propia biosfera controla los intercambios de este elemento con la atmósfera. Mediante la fotosíntesis el carbono es retenido y mediante la respiración es devuelto. La fotosíntesis moviliza el 5% del CO2 atmosférico cada año.
  2. Ciclo biogeoquímico propiamente dicho, que controla las transferencias de CO2 entre la biosfera y los demás subsistemas.

El carbono se encuentra en la atmósfera en forma de CO2, CO y CH4. La concentración de cada uno de ellos es de 367 ppm para el primero, 0,1 ppm para el segundo y 1,6 ppm para el tercero. La atmósfera y la hidrosfera intercambian el CO2 por difusión directa. En la litosfera se encuentra en forma de carbonatos, de silicatos cálcicos y en forma de combustibles fósiles.

 

6.1.1.   PASO DEL CO2 DE LA ATMÓSFERA A LA LITOSFERA

El CO2 atmosférico se disuelve con facilidad en agua para formar ácido carbónico, que ataca a los carbonatos y silicatos con la producción de iones y sílice disuelta:

 

Al llegar al mar, los animales transforman de nuevo el bicarbonato y el calcio en carbonato que lo incorporan a su tejido endurecido.

En las rocas carbonatadas (1) y (3) uno de los bicarbonatos formará parte del esqueleto cálcico de los organismos marinos, mientras que el otro se transformará en CO2, que escapará hacia su lugar de procedencia, la atmósfera. Aquí no se produce pérdida neta de CO2 atmosférico.

Las rocas silicatadas (2) y (3), han requerido dos moléculas de CO2 y solo pueden devolver la mitad a la atmósfera, lo que supone una pérdida neta. De esta manera actúan como sumideros de CO2.

 

6.1.2.   RETORNO DE CO2 A LA ATMÓSFERA

El enterramiento de algunas rocas carbonatadas acaba produciendo una fusión parcial de dichas rocas. Al final se libera CO2 que escapa hacia la atmósfera durante las erupciones volcánicas.

 

6.1.3.   SUMIDEROS FÓSILES

En ciertas ocasiones, la materia orgánica de la biosfera puede quedar sepultada fuera del contacto con el O2, por lo que sufre un proceso biológico de fermentación que la transformará en carbón y petróleo que se acumulan en la geosfera. Esto supone una rebaja neta de sus niveles atmosféricos.

 

6.2.                      CICLO DEL FÓSFORO

El fósforo se encuentra mayoritariamente inmovilizado en los sedimentos oceánicos, formando parte de la litosfera. Su proceso de liberación es muy lento, por depender de un ciclo geológico (más de 100 años), por lo que constituye el principal factor limitante y se le considera un recurso no renovable.

Se trata de un constituyente importante de la biomoléculas, que además forman parte de estructuras rígidas. El fósforo se halla presente en un 0,2% en las estructuras vegetales y en 1% en las animales.

Los fosfatos son liberados de las rocas fosfatadas y de las cenizas volcánicas y son transportados de forma insoluble hasta los lagos o hasta el mar, donde se precipitan para formar almacenes sedimentarios.

La permanencia del fósforo en los ecosistemas terrestres es de más de 100 años y en los marinos es de unos diez años.

 

6.3.                      CICLO DEL NITRÓGENO

El nitrógeno es necesario para los seres vivos, ya que es un elemento constituyente de los aminoácidos que forman las proteínas. Sin embargo, su presencia en ellos es mínima.

Por el contrario, en la atmósfera es el componente mayoritario. De hecho actúa como reserva del mismo. A pesar de esta abundancia, la mayor parte del nitrógeno atmosférico se encuentra en forma inerte.

Además, existen otros componentes atmosféricos nitrogenados que se mueven con una mayor facilidad de unos sistemas terrestres a otros, como son: el NH3, que procede de las emanaciones volcánicas o de la putrefacción de los organismos vivos; los óxidos de nitrógeno que se forman espontáneamente a partir del N2 durante las tormentas eléctricas o que son enviados hacia la atmósfera en las erupciones volcánicas.

Los óxidos atmosféricos reaccionan con el agua formando ácido nítrico, que cae con la lluvia. Al llegar al suelo reaccionan los cationes existentes en él, formando los nitratos que las plantas asimilan.

En principio, el nitrógeno constituye un elemento limitante de la producción primaria, después del fósforo, pero existen microorganismos capaces de captarlo directamente de la atmósfera, denominado fijación biológica, que es de gran importancia económica, ya que estos microorganismos transforman el N2 en nitratos, que son aprovechables para la planta.

Además de la fijación biológica, existen otros procesos naturales de nitrificación del suelo, como las bacterias nitrificantes.

También existen unas bacterias desnitrificantes, que empobrecen el suelo en nitratos y lo transforman en N2, que se pierde hacia la atmósfera

Intervenciones humanas en el ciclo del nitrógeno:

  • Procesos de combustión a altas temperaturas.
  • Fijación industrial: método de Haber- Bosch
  • Abono excesivo.

El nitrato es uno de los contaminantes más frecuentes de las aguas subterráneas en las zonas rurales debido al abonado excesivo, a las fugas de las fosas sépticas y a los lixiviados procedentes de los estercoleros.

 

6.4.       EL CICLO DEL AZUFRE

Este elemento se encuentra mayoritariamente almacenado en la hidrosfera en forma de sulfato (SO42-). El ciclo de transferencia tierra- océano es bastante lento.

Durante la evaporación de lagos y mares poco profundos, el azufre se deposita formando los yesos. Los sulfatos son abundantes en los suelos, pues, aunque se pierdan por el lixiviado de las tierras, son repuestos por las lluvias de forma natural.

En la biosfera resultan imprescindible para la síntesis de ciertas moléculas orgánicas. Solo las plantas, bacterias y hongos son capaces de incorporarlos directamente en forma de SO42-, para reducirlos en primer lugar a SO3 y posteriormente a H2S utilizable en la biosíntesis vegetal. Los seres vivos, al morir, liberan H2S a la atmósfera y otros sistemas terrestres.

En los océanos profundos y lugares pantanosos, el sulfato es reducido a H2S mediante la acción de ciertas bacterias sulfatorreductoras. Durante el proceso se libera oxígeno, que es aprovechado por otros microorganismos para la respiración. El H2S así formado puede seguir dos caminos:

·         Uno descendente, combinándose con hierro y precipitando en forma de piritas

·         Otro ascendente, hasta alcanzar lugares oxigenados, donde vuelven de nuevo a oxidarse a SO42- mediante un proceso foto o quimiosintético, en función de la presencia o ausencia de luz.

El paso de H2S del océano a la atmósfera es llevado a cabo por unas algas especiales, denominadas DMS. Al morir masivamente estas algas, liberan dimetil sulfuro hacia la atmósfera; allí reaccionan para formar H2SO4, que hace el papel de semilla sobre el que precipita el vapor de agua atmosférico, formando las pequeñas gotas de agua que constituyen las nubes. Al precipitar sobre tierra en forma de lluvias, devuelven el azufre al mar o al continente, con lo que este ciclo se cierra.

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